miércoles, 28 de marzo de 2012

VIAJES ASTRALES

Edgar R. Espinoza S.

El viaje astral es la proyección de nuestra parte espiritual encarnada y su permanencia temporal fuera de la envoltura del cuerpo físico en el plano etérico. También es conocido como Desdoblamiento.
Cuando un individuo se desdobla, descubre un mundo nuevo donde no existen las leyes que normalmente rigen la materia, ni las perspectivas donde podemos ver el interior y el exterior de las cosas, donde se puede penetrar en la oscuridad y donde los cuerpos muestran su estructura interna.
El aura, los colores, la energía vital que les anima, las formas, son cambiantes fluidos. El individuo escucha los ruidos, las voces, la música, los infrasonidos y ultrasonidos. Las sensaciones táctiles son centuplicadas, conoce la claridad espiritual y la velocidad del pensamiento; que tendrá la tendencia a olvidar cuando regrese a la materia. Mientras tanto el cuerpo físico queda en estado de inmovilidad, frío, privado de sensaciones y de la conciencia que está transferida a otros niveles.
Plano astral:
El primer concepto que ha de evidenciarse para describirlo en su absoluta realidad, es basado en el término “plano”, pues se refiere a un lugar en otra vibración que tiene estructura y dimensión. Los habitantes del plano astral son reales en el mismo concepto que lo somos nosotros en el plano físico. Esta región astral es lo que se conoce normalmente como mundo espiritual o universo supra físico, habitado por las entidades espirituales y otros seres de distintas pero elevadas vibraciones.
Un viaje emocionante:
Por lo general los viajes astrales se dan de forma involuntaria y cuando la persona menos lo espera. Esto se debe a que por razones de seguridad y bajo la ley de aprendizaje, el individuo que lo va a realizar debe estar acompañado por un ser espiritual de mayor vibración y experiencia que lo asista durante todo el evento.
Todo comienza cuando al estar acostado se siente una extraña condición del cuerpo, seguido después de fuertes zumbidos en los oídos y una sensación de estar muy pesado. Sensación que luego pasa a ser todo lo contrario cuando creemos que nos hemos levantado y al voltear podemos apreciar desde otro ángulo, nuestro cuerpo aún tendido. En este punto es que comienza nuestro viaje consciente y percibimos las voces, los colores intensos, los ruidos y podemos ver a algunos hermanos de la luz. Pero no se nos permitirá avanzar más, hasta que nos acostumbremos a entrar y salir.
Es bien sabido por estos hermanos de luz, que como nuestra procedencia viene desde este plano astral al cuerpo físico cuando nacemos, al experimentar nuevamente estas sensaciones indescriptibles, y no solo eso, sino la facultad de poder trasladarnos a la velocidad del pensamiento hacia otros lugares y dimensiones,  podamos resistirnos a volver al cuerpo físico. De aquí  es que las limitaciones son fundamentales para seguir nuestra evolución en el aprendizaje de esta tercera dimensión o plano material.
Riesgos:
Realmente, no hay ningún tipo de riesgo ni peligro en el desdoblamiento, puesto que existe mucha protección para el viajero. El viaje astral es un obsequio de Dios para el alma encarnada. La seguridad del cuerpo físico y el astral están garantizadas, nada ni nadie podrá tomarlos por la fuerza. Sólo los seres de muy alta vibración son los autorizados cuando la persona ya ha cumplido su tiempo en el plano material a “disolver” el lazo que une los dos cuerpos.
En muy raras ocasiones, hay personas que experimentan viajes astrales donde perciben encuentros con entidades de baja vibración o con características demoníacas, pero esto sólo es un método de impresionar al viajero, dirigido por la alta vibración, para indicarle que debe cambiar de estilo de vida o de manera de pensar.
Tipos de viajes astrales:
Colectivos:
Se hacen en grupos formando cadenas en círculo y con fines de amor, sanación o humanísticos para que sean autorizados. Para realizarlos hay que tener compatibilidad psicológica, astrológica, sintonía y entrenamiento.
Inconscientes:
Son los que se hacen sin la intervención de la voluntad y los más comunes. Normalmente suceden cuando la persona tiene mucho interés o preocupación por algo. Tienen poco impacto puesto que se diluyen parcialmente en el olvido al entrar al cuerpo, pero pueden aparecer en la mente repentinamente o aflorar por medio de la inducción. A esta impresión se le conoce como Déjà vu o “ya vivido”.
Conscientes:
Es el que se realiza a conciencia plena. La persona recuerda todo, desde que sale del cuerpo, hasta que vuelve a entrar. Causa mucha impresión, pues las sensaciones son muy vívidas. Dejan casi siempre un agotamiento de la energía del cuerpo que luego se va recuperando poco a poco.
Inducidos:
Son activados por la hipnosis, deben ser realizados por personas calificadas en el conocimiento de la sofrología. Estos harán llegar a la persona a diferentes niveles de profundidad, siguiendo la “orden del desdoblamiento”. Se utiliza para recordar viajes olvidados de esta u otra vida anterior.

Una luz al final del túnel:
Otro aspecto del viaje astral, es la “experiencia cercana a la muerte” (E.C.M.). Es un fenómeno que muchas personas han descrito después de sobrevivir a algún tipo de accidente, enfermedad o mesa de operaciones. En sus cavilaciones repasan constantemente toda la vivencia extracorpórea, inclusive las vividas después de haber cesado ciertas funciones orgánicas del cuerpo.
La sensación de flotar sobre su cuerpo y ver el lugar en que se encuentra, incluso, en ocasiones escucha como lo declaran fallecido. Pasando a ser un espectador, no siente dolor ni molestia alguna, sino una sensación de paz interior. Después siente que se eleva y atravesando un oscuro túnel, flotando en el vacío y con una relativa rapidez, se dirige a una intensa fuente lumínica. Familiares, amigos y hermanos de luz que habitan en el astral van a su encuentro. Luego aparece una presencia o voz que se identifica según las creencias del individuo y se establece un diálogo sin palabras con ese ser que muestra conocer todo sobre el moribundo. De repente, se ve delante de un obstáculo, una puerta o un muro, donde sus acompañantes le indican que todavía no es su tiempo y que debe regresar.
Las experiencias cercanas a la muerte son viajes astrales también, que cualquier persona que la haya experimentado ya no le teme más a la muerte. De hecho, estos viajes son tan frecuentes, que en esta vida hemos “muerto” y regresado muchas veces sin percatarnos de ello.

espinoedgar@gmail.com


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