martes, 15 de mayo de 2012

LA PAZ INTERIOR

Edgar R. Espinoza S.
Es importante tener en cuenta que el origen de los conflictos y de todas las respuestas que recibimos en la vida, han sido generados consciente o inconscientemente por nosotros. Si hemos sido maltratados, desvalorizados, ignorados, criticados, nosotros también lo haremos a los demás, porque eso fue lo que aprendimos y, lo peor es que por “ley de correspondencia”, recibimos más de lo mismo en respuesta, convirtiéndose en un ciclo vicioso.
La Ley de Correspondencia establece que: “Como sientas y pienses, así se te mostrará en el entorno”. Cuando vamos por la vida sintiendo culpa, pues al que es culpable se le castiga. Muchas víctimas de violencia están signadas bajo este estereotipo. El otro aspecto es el miedo; el temor a no tener o a ser despojado de lo que ya se tiene es lo que nos presenta el cuadro de violencia, al igual que el miedo a que el Dios de tu religión, no puede ser más auténtico que el de la mía. También el ir por la vida sintiendo inseguridad que no es otra cosa que el miedo a perder la vida, y es lo que nos puede conducir a escenarios que nos puedan mostrar esta posibilidad.
Para lograr la paz en el mundo, hay que dirigir todos los esfuerzos para que cada persona esté en paz consigo mismo. Esto será la garantía de que no solo la conseguiremos sino que la mantendremos. Por eso es que en todas las religiones del mundo el saludo entre los hombres es “la paz sea contigo”.
Conociendo como funciona esta ley de correspondencia que rige la vida, estaremos más conscientes de nuestro entorno. Sabemos que todas las personas y las situaciones tienen dos polaridades y que dependiendo de con cual elijamos relacionarnos, obtendremos una respuesta. Actos tan simples como pensar, hablar y actuar pueden afectarnos de manera destructiva o constructiva reflejándose en nuestro entorno.
Por lo tanto somos nosotros los que determinamos la calidad de respuesta que recibimos de la vida. Debemos aprender a generar lo que queremos recibir, enfocando nuestro poder creativo. Al tener así mayor comprensión de nuestros errores, estaremos más dispuestos a disculparnos y rectificar, generando espacios conciliatorios desde la valoración y el reconocimiento.
Cuando nos disculpamos, lo trascendental no es si la otra persona nos las dé o no. Lo será el hecho de haber tomado conciencia de nuestro error y al manifestar abiertamente que nos hemos equivocado, nos habremos perdonado a nosotros mismos.
Este es el primer paso en el camino a conseguir la paz interior. Una persona que se acepta a si misma con todos sus errores, aprende a ser tolerante y comprensivo para con los demás. Quién se ama y se valora a si mismo, no solo valorará a las otras personas, sino que también será próspero y saludable, pues el universo es como un estanque de agua al que se le deja caer una piedra en su centro; inmediatamente se expandirá una onda que inexorablemente regresará a su origen.
Quién siente paz interior es quien podrá verdaderamente escuchar y sentir a Dios, quién pondrá en nuestras vidas todo lo que él representa, pues seremos como faros en la noche para que arriben con éxito las barcas de la abundancia.
Consejos que mejorarán tu disposición a la paz.
-          Sé leal a ti mismo. Cuando te provoque sonreír hazlo y cuando te sientas triste, en vez de juzgarte, vive la tristeza, esto mejorará tu estado rápidamente.
-          Proponte cada día dar lo mejor de ti para mejorar tu entorno.
-          Cuando estés en la calle trata de contactar la mirada de las otras personas y sonríele, esto podría llenar de alegría tu día y la de esta persona también.
-          Pedir siempre “por favor” las cosas y “dar las gracias”, ayuda a crear un excelente ambiente de cordialidad
-          Cuando alguien te conteste mal, en lugar de responderle de la misma forma, pregúntate: ¿Cuándo has actuado de la misma manera?
-          Nadie en el mundo es perfecto, conocer nuestras limitaciones y defectos nos permitirá saber cuando pedir ayuda. También seremos tolerantes cuando comprendamos que los demás tienen sus propios problemas y que en la mayoría de los casos cualquier ofensa o respuesta hostil hacia nuestra persona nos es directamente contra nosotros.

Tolerancia y comprensión pilares del ser compasivo:

La tolerancia no sólo es el respeto hacia las opiniones o prácticas de los demás aunque sean contrarias a las nuestras. También lo será en la medida que comprendamos nuestras limitaciones y equivocaciones, pues el ser tolerantes para con nosotros mismos nos permitirá abrirnos al entendimiento y aprendizaje de esa circunstancia, pudiendo rectificar.
Solamente podemos perdonar a los demás o a nosotros mismos cuando  comprendamos claramente el qué y el por qué  tal o cual persona o circunstancia ha actuado en contra de nosotros. Es como si  estuviéramos caminando por la calle y de repente sentimos un fuerte golpe que de momento nos pueda llenar de ira, pero al observar que el golpe fue accidental o producido por el bastón de un invidente, inmediatamente vendrá nuestra comprensión y así podremos perdonar el incidente.
El efecto de entender y comprender que el ciego se golpea o tropieza porque no puede ver, es a  lo que llamamos compasión, que no es otra cosa, a cierto nivel,  que colocarse mentalmente en la situación ajena.
Ser tolerante es lo que nos hace seres civilizados, ser comprensivos nos hace seres inteligentes, pero ser compasivos es lo que nos hace espirituales, que es la esencia de lo divino.
Dios ya nos perdonó, inclusive antes de que tomáramos la decisión. El problema estriba en, si nosotros ya nos perdonamos y somos lo suficientemente compasivos para con nosotros y con los demás de manera que podamos expiar nuestras culpas auto impuestas, que son las causantes de desdichas y desamores.
espinoedgar@gmail.com

martes, 1 de mayo de 2012

PROSPERIDAD Y FELICIDAD

Edgar R. Espinoza S.

En realidad, la Felicidad es hija de la Prosperidad y están estrechamente ligadas. Sólo que la primera reside en el corazón, se siente, se transmite; la otra en la mente, se piensa y se practica.
Las personas debemos emplear nuestra facultad de razonar para vivir en concordancia con la naturaleza, confiando en la fuerza del espíritu, haciéndonos artífices de la vida y de este modo alcanzar la Prosperidad. Es contra natura ejecutar una labor bajo la sensación de tristeza, disgusto u obligación.
La consecución de la prosperidad sólo es posible con la práctica de las virtudes. Entre estas están la paciencia, la fortaleza, la constancia, la caridad y la perseverancia. Todas nuestras virtudes podrán florecer si las ejercemos a través del amor. Por eso el pilar fundamental para ser próspero es asegurarnos de que todas nuestras actividades nos apasionen. Sólo la espera con amor y fe se convertirá en paciencia, cuando no es así se convierte en resistencia. El amor a uno mismo es lo que nos dará la fuerza para ejecutar nuestra labor diaria, definir lo que realmente nos gusta nos dará la constancia y el amor hacia los demás nos permitirá ser caritativos. El amor por nuestra familia es lo que nos permitirá ser perseverantes, que es la cualidad de levantarnos y continuar ante algún posible fracaso.
Tenemos la tendencia a creer que la Prosperidad está supeditada a tener dinero únicamente. Esto sólo es relevante hasta que cubrimos las necesidades básicas. Los altos niveles de ingresos no aportan mayores niveles de felicidad sino existen otros factores como la cantidad y calidad de nuestras relaciones interpersonales, estados de salud, el optimismo, la autoestima y por supuesto la estabilidad emocional. De hecho, nuestra sociedad de consumo nos hace ver que ir solamente tras el dinero, este nos proporcionará de cierta manera estos otros factores. Pero lo cierto es que una vez que se va alcanzando la armonía, el dinero vendrá a nosotros como indicador de que vamos por buen camino.
Invertir en nuestras virtudes nos ayudará a cumplir con nuestros objetivos y requerimientos trazados hasta obtener los resultados deseados, esto nos dará satisfacción. No confundamos la satisfacción con la felicidad, aunque para entender la felicidad plena, es necesario estar satisfechos.
La prosperidad se nutre de nuestra fuerza y disposición para mantener el equilibrio interior, sintiendo que nuestra labor aporta algo positivo y que gracias a ese esfuerzo, los demás se benefician también. Agregando creatividad estaremos propiciando factores favorables para que la felicidad se arraigue profundamente en nuestra manera de vivir, dándole a la vida significado. Observemos que la gente que triunfa siempre muestra hacia la vida destellos de originalidad en lo que hace, así como también fundan o colaboran en instituciones benéficas.
El camino que lleva de la Prosperidad a la Felicidad es iluminado por la luz del cielo. Para abrirse camino en la tierra hay que abrirse uno en el cielo. Esto está representado por la caridad; que no es otra cosa que ayudar a los demás incondicionalmente y sin hacer alardes de ninguna naturaleza, para que la felicidad se asiente en su Lar, allí, no muy lejos, dentro de nuestros corazones. Esto nos permitirá sentir que nuestras vidas tienen gran valor, sentido de servicio y pertenencia más universal.
Sólo el miedo a ser prósperos o a perder lo que con esfuerzo ya hemos obtenido, paralizará nuestro progreso. El temor a ser envidiados o inclusive rechazados por nuestros propios familiares y amigos al ver los resultados de nuestro éxito, pondrán peso en la balanza inclinándola hacia el fracaso. También lo será el tomar como nuestro lo que no nos pertenece, pues esta acción vendrá del miedo a no tener y de ignorar sobre nuestra capacidad de crear en el plano material.
Los corceles que tirarán de nuestra carroza del éxito, son la motivación y la autoestima, quienes deberán estar en yunta, al mismo paso, usando la mente como conductor para sortear los obstáculos e infortunios que fungirán inexorablemente como contraste en nuestro viaje.
Consejos para la prosperidad:
-          Ten en cuenta que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida y por tanto debes ser agradecido por lo que tienes.
-          Mejora tu autoestima, quiérete más y reafírmate todos los días: Soy importante, yo valgo, soy capaz, no hay obstáculo que no pueda vencer.
-          Pon en práctica la motivación haciendo lo que dices que eres, es decir si eres inteligente, actúa con inteligencia; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones.
-          Proyecta  metas en tu vida no tan a largo plazo y lucha por ellas hasta lograrlas.
-          No envidies a nadie por lo que tiene o por lo que es.
-          No albergues en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te dejará ser feliz, deja que las leyes de Dios hagan justicia, y tú, perdona y olvida.
-          El maltrato a los demás traerá a tu vida maltrato también. Todos los seres del mundo tienen el sagrado derecho a ser respetados.
-          Levántate siempre con una sonrisa, observa a tu alrededor y busca en todas las cosas el lado bueno; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes, ayuda a los demás sin esperar nada a cambio, mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades.
El trabajar con pasión garantiza el éxito.
Si, en tiempos difíciles no es fácil obtener trabajo, menos lo será cuando intentemos conseguir uno del que nos hayan dicho que da mucho dinero, o no es pesado, o simplemente porque no hay otro, pero que no nos guste.
La clave para triunfar en lo laboral es sentir gusto por lo que uno hace. Sólo así se activará en nosotros el deseo y la fuerza necesaria para que lo cotidiano sea placentero. También pondremos en marcha nuestra creatividad, pilar de la originalidad que caracteriza a los hombres exitosos.
Así, toda esta pasión que podamos sentir por nuestro trabajo, aunado al amor de nuestra familia, será el empuje hacia la satisfacción de ver y sentir como con tu esfuerzo diario construyes felicidad para ti y los tuyos.
Cuando buscamos un trabajo o actividad que nos guste y apasione es seguro que lo encontraremos pronto. Si la remuneración al principio tal vez no sea la deseada, tendremos la garantía que por nuestra motivación y empeño la obtendremos.
Sólo lo que hemos obtenido con esfuerzo, constancia y perseverancia, nos dará la alegría que se siente por “el deber cumplido”, haciéndonos más saludables y felices.
La palabra éxito pudiera decirse que se origina de anglo “Exit- to”, salir- hacia, o mejor dicho saber salir, resolver, ser proactivo en todas las vicisitudes cotidianas. Esta actitud debe estar constantemente en nuestras mentes; será la llama que guíe siempre al hombre resuelto.

espinoedgar@gmail.com