martes, 1 de mayo de 2012

PROSPERIDAD Y FELICIDAD

Edgar R. Espinoza S.

En realidad, la Felicidad es hija de la Prosperidad y están estrechamente ligadas. Sólo que la primera reside en el corazón, se siente, se transmite; la otra en la mente, se piensa y se practica.
Las personas debemos emplear nuestra facultad de razonar para vivir en concordancia con la naturaleza, confiando en la fuerza del espíritu, haciéndonos artífices de la vida y de este modo alcanzar la Prosperidad. Es contra natura ejecutar una labor bajo la sensación de tristeza, disgusto u obligación.
La consecución de la prosperidad sólo es posible con la práctica de las virtudes. Entre estas están la paciencia, la fortaleza, la constancia, la caridad y la perseverancia. Todas nuestras virtudes podrán florecer si las ejercemos a través del amor. Por eso el pilar fundamental para ser próspero es asegurarnos de que todas nuestras actividades nos apasionen. Sólo la espera con amor y fe se convertirá en paciencia, cuando no es así se convierte en resistencia. El amor a uno mismo es lo que nos dará la fuerza para ejecutar nuestra labor diaria, definir lo que realmente nos gusta nos dará la constancia y el amor hacia los demás nos permitirá ser caritativos. El amor por nuestra familia es lo que nos permitirá ser perseverantes, que es la cualidad de levantarnos y continuar ante algún posible fracaso.
Tenemos la tendencia a creer que la Prosperidad está supeditada a tener dinero únicamente. Esto sólo es relevante hasta que cubrimos las necesidades básicas. Los altos niveles de ingresos no aportan mayores niveles de felicidad sino existen otros factores como la cantidad y calidad de nuestras relaciones interpersonales, estados de salud, el optimismo, la autoestima y por supuesto la estabilidad emocional. De hecho, nuestra sociedad de consumo nos hace ver que ir solamente tras el dinero, este nos proporcionará de cierta manera estos otros factores. Pero lo cierto es que una vez que se va alcanzando la armonía, el dinero vendrá a nosotros como indicador de que vamos por buen camino.
Invertir en nuestras virtudes nos ayudará a cumplir con nuestros objetivos y requerimientos trazados hasta obtener los resultados deseados, esto nos dará satisfacción. No confundamos la satisfacción con la felicidad, aunque para entender la felicidad plena, es necesario estar satisfechos.
La prosperidad se nutre de nuestra fuerza y disposición para mantener el equilibrio interior, sintiendo que nuestra labor aporta algo positivo y que gracias a ese esfuerzo, los demás se benefician también. Agregando creatividad estaremos propiciando factores favorables para que la felicidad se arraigue profundamente en nuestra manera de vivir, dándole a la vida significado. Observemos que la gente que triunfa siempre muestra hacia la vida destellos de originalidad en lo que hace, así como también fundan o colaboran en instituciones benéficas.
El camino que lleva de la Prosperidad a la Felicidad es iluminado por la luz del cielo. Para abrirse camino en la tierra hay que abrirse uno en el cielo. Esto está representado por la caridad; que no es otra cosa que ayudar a los demás incondicionalmente y sin hacer alardes de ninguna naturaleza, para que la felicidad se asiente en su Lar, allí, no muy lejos, dentro de nuestros corazones. Esto nos permitirá sentir que nuestras vidas tienen gran valor, sentido de servicio y pertenencia más universal.
Sólo el miedo a ser prósperos o a perder lo que con esfuerzo ya hemos obtenido, paralizará nuestro progreso. El temor a ser envidiados o inclusive rechazados por nuestros propios familiares y amigos al ver los resultados de nuestro éxito, pondrán peso en la balanza inclinándola hacia el fracaso. También lo será el tomar como nuestro lo que no nos pertenece, pues esta acción vendrá del miedo a no tener y de ignorar sobre nuestra capacidad de crear en el plano material.
Los corceles que tirarán de nuestra carroza del éxito, son la motivación y la autoestima, quienes deberán estar en yunta, al mismo paso, usando la mente como conductor para sortear los obstáculos e infortunios que fungirán inexorablemente como contraste en nuestro viaje.
Consejos para la prosperidad:
-          Ten en cuenta que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida y por tanto debes ser agradecido por lo que tienes.
-          Mejora tu autoestima, quiérete más y reafírmate todos los días: Soy importante, yo valgo, soy capaz, no hay obstáculo que no pueda vencer.
-          Pon en práctica la motivación haciendo lo que dices que eres, es decir si eres inteligente, actúa con inteligencia; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones.
-          Proyecta  metas en tu vida no tan a largo plazo y lucha por ellas hasta lograrlas.
-          No envidies a nadie por lo que tiene o por lo que es.
-          No albergues en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te dejará ser feliz, deja que las leyes de Dios hagan justicia, y tú, perdona y olvida.
-          El maltrato a los demás traerá a tu vida maltrato también. Todos los seres del mundo tienen el sagrado derecho a ser respetados.
-          Levántate siempre con una sonrisa, observa a tu alrededor y busca en todas las cosas el lado bueno; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes, ayuda a los demás sin esperar nada a cambio, mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades.
El trabajar con pasión garantiza el éxito.
Si, en tiempos difíciles no es fácil obtener trabajo, menos lo será cuando intentemos conseguir uno del que nos hayan dicho que da mucho dinero, o no es pesado, o simplemente porque no hay otro, pero que no nos guste.
La clave para triunfar en lo laboral es sentir gusto por lo que uno hace. Sólo así se activará en nosotros el deseo y la fuerza necesaria para que lo cotidiano sea placentero. También pondremos en marcha nuestra creatividad, pilar de la originalidad que caracteriza a los hombres exitosos.
Así, toda esta pasión que podamos sentir por nuestro trabajo, aunado al amor de nuestra familia, será el empuje hacia la satisfacción de ver y sentir como con tu esfuerzo diario construyes felicidad para ti y los tuyos.
Cuando buscamos un trabajo o actividad que nos guste y apasione es seguro que lo encontraremos pronto. Si la remuneración al principio tal vez no sea la deseada, tendremos la garantía que por nuestra motivación y empeño la obtendremos.
Sólo lo que hemos obtenido con esfuerzo, constancia y perseverancia, nos dará la alegría que se siente por “el deber cumplido”, haciéndonos más saludables y felices.
La palabra éxito pudiera decirse que se origina de anglo “Exit- to”, salir- hacia, o mejor dicho saber salir, resolver, ser proactivo en todas las vicisitudes cotidianas. Esta actitud debe estar constantemente en nuestras mentes; será la llama que guíe siempre al hombre resuelto.

espinoedgar@gmail.com

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