jueves, 25 de octubre de 2012

MATERNIDAD Y ESTRÉS


Edgar R. Espinoza S.

 

Si bien es cierto que ser mamá es en la vida de la mujer una bendición de amor, también lo es el hecho de que ellas en su natural preocupación de que sus hijos estén sanos, seguros, alimentados y educados, generan cuadros de estrés que seguramente se convertirán con el tiempo en factores que puedan deteriorar la salud.

Una de las mejores técnicas que pueden recurrir las madres para librarse de estas tensiones, es la practica del Tai Chi Chuan, más popularmente conocido como Tai Chi.

Su origen se remonta en tiempos de la antigua China y su nombre se traduce como “Dominio de la Energía Interior”. Se centra en el hecho de que el ser humano existe por su estrecha relación con las energías del universo.

El Tai Chi combina una serie de movimientos armónicos y concatenados con la respiración, haciendo énfasis en la relajación, suavidad y lentitud. Toda la serie de estos ejercicios se ejecuta de pie y puede ser practicado en cualquier lugar, inclusive dentro del hogar. Por ser un ejercicio que exige relajación, es considerado uno de los mejores para la liberación del estrés.

Los beneficios para una madre estresada son percibidos inmediatamente. Al relajar y entibiarse toda la musculatura comienza a liberarse la tensión y el corazón disminuye su frecuencia bajando la presión sanguínea beneficiando todo el sistema cardiovascular. También la respiración regulada y profunda oxigena la sangre, mejorando el funcionamiento cerebral, incrementando el estado de alerta y la memoria. El cuerpo se fortalece logrando salud física, mental y espiritual.

Es excelente para aquellas madres recientes, pues el Tai Chi ayuda a recoger el vientre distendido por la carga del bebé y mejora sustancialmente el flujo de la leche materna.

La práctica de esta disciplina es tan sublime que puede realizarse inclusive si la mujer está embarazada, pues sus suaves movimientos no ocasionan ningún tipo de trastorno al bebé, muy por el contrario, la oxigenación junto a los movimientos armónicos profundizan la estimulación y mejora la conexión madre-hijo.

Dependiendo de las condiciones del embarazo, una mujer en gestación puede realizar esta práctica, inclusive hasta en su noveno mes. Aunque es recomendable cesarla una semana antes del parto y retomarla dos semanas después del mismo. Al momento de dar a luz, el haber practicado estos ejercicios ayuda enormemente al nacimiento del bebé, pues la madre al tener el control de la respiración, flexibilidad y concentración, puede disponer la mejor vía para la llegada del nuevo ser, con la mínima posibilidad de situaciones traumáticas para ambos.

El concepto ulterior del Tai Chi Chuan es la unidad del ser con las energías del universo. Es inevitable que quién lo practique desarrolle su intuición, afianzando más el lazo de unión entre madre e hijo. Esto permite a las madres desde su paz interior, que es donde reside la fuerza de la verdad y donde se obtiene la solución a una crisis, orientar, proteger e inclusive disciplinar a los hijos.

 

espinoedgar@gmail.com