lunes, 25 de junio de 2012

CAMBIA TU MENTE, SANA TU CUERPO

Edgar R. Espinoza S.

Despertar nuestra capacidad de activar y acelerar el propio proceso curativo, depende de nosotros. Para sanar y hacernos íntegros hemos de equilibrar cuerpo, mente y espíritu. Necesitamos cuidar nuestro cuerpo, tener una actitud mental positiva hacia nosotros mismos y hacia la vida, además de una fuerte conexión espiritual. Ningún especialista nos puede dar esto si no nos decidimos a participar en nuestro propio proceso de curación.
Dar marcha al bienestar comienza cambiando las pautas mentales. Cuando una enfermedad reaparece, no se debe a que el médico diagnosticó erróneamente, sino más bien a que el paciente no ha hecho ningún cambio mental y por consiguiente vuelve a crear la misma enfermedad. Esto afecta automáticamente la autoestima cayendo la persona en un encadenamiento de depresión, desmotivación y falta de fe que hace que las cosas empeoren.
El poder del momento presente:
No importa cuanto tiempo hayamos tenido pautas negativas, o una enfermedad, una mala relación, apuros económicos u odio. Los pensamientos que hemos albergado y las palabras que hemos empleado repetidamente, son los creadores de nuestras experiencias hasta este momento. Lo que escojamos pensar y decir hoy, en este momento, creará el mañana. La efectividad del poder está siempre en el momento presente. Aquí es donde comenzamos a hacer los cambios, no importa que al principio sean sencillos. Pasamos la mayor parte de nuestra existencia pensando en lo que ya sucedió y que por supuesto no podremos modificar o pensando en un futuro algo inconcreto que por desconocimiento de la “ley de correspondencia”, nos cuesta materializar. Esta ley actúa solo en el aquí y ahora, visualizando y reafirmando lo que queremos obtendremos los resultados deseados.
Estar bien o mal en nuestras vidas depende entonces de nuestros pensamientos y las palabras, que en definitiva generan las experiencias. Cada pensamiento está asociado a diferentes partes del cuerpo, por ejemplo, los pensamientos sobre la situación de nuestras finanzas y responsabilidades se alinean con los músculos de la espalda, la autocrítica y todo lo que involucre nuestro “yo”, rigen la cabeza. Los pensamientos sobre como nos comunicamos, rigen el cuello y garganta, los que nos determinan asimilar las experiencias de la vida, inciden en nuestros brazos y los que son sobre el futuro, las piernas.
En el caso de los niños que por su corta edad aún no poseen pautas de pensamiento o expresión verbal, por ser tan receptivos, sus enfermedades se activan bajo la enorme influencia de la conciencia de los adultos que los rodean.
Cambios de viejas pautas:
Para eliminar para siempre un trastorno, hemos de disolver la causa mental. Las pautas mentales causantes de la mayoría de los malestares del cuerpo son la crítica, la rabia, el resentimiento y la culpa. Entregarse a la crítica durante un tiempo suficiente, suele conducir a enfermedades como la artritis. La rabia se transforma en cosas que queman e infectan el cuerpo. El resentimiento que se alberga durante mucho tiempo se encona y corroe el yo, conduciendo finalmente a la formación de tumores y cánceres. La culpa siempre busca castigo y conduce al dolor. Es mucho más fácil liberar estas pautas de pensamiento negativo cuando estamos sanos que tratar de erradicarlas bajo la influencia del miedo.
Amarse uno mismo:
Una actitud rígida no acepta nada nuevo. Fluir con los ritmos de la vida, nos ayudaría a liberar las pautas de temor y nos enseñaría a crear un nuevo ciclo de buenas experiencias mediante un uso diferente de nuestra mente.
Los conceptos de amor, paz, alegría y auto aprobación son importantes. Cuando consigamos vivir desde el espacio de amor del corazón, aprobándonos y confiando en Dios, entonces será cuando la alegría y la paz llenarán nuestras vidas terminando con la enfermedad. Solo el amor disuelve la rabia, libera el rencor, disipa el temor y crea seguridad.
Consejos para sanar:
-          Siéntate sosegadamente y pregúntate ¿Cuales podrían ser los pensamientos que me han creado esta enfermedad?
-          Repítete: “Estoy dispuesto a liberar la pauta que hay en mi conciencia que es la que me ha creado este problema.
-          Piensa y acepta que ya estás en el proceso de curación.
-          Cada vez que venga a tu mente el problema, repite estos pasos.

Algunas enfermedades y sus pautas mentales asociadas
Cáncer: Rencor que se mantiene mucho tiempo. Carga de odios. Creer que todo es inútil.
Accidente cerebro vascular (a.c.v.): Resistencia. “Primero morir que cambiar”. Rechazo de la vida.
Infarto al miocardio: Viejos problemas emocionales no resueltos. Falta de alegría. Esfuerzo y estrés.
Artritis: Actitud de crítica de la autoridad. Sensación de no ser amado.
Migrañas, Dolor de cabeza: Miedo. Invalidación de uno mismo. Encierro.
Fracturas de huesos: Rebelión contra la autoridad. Sensación de no avanzar.
Hipertensión arterial: Viejo problema emocional no solucionado.
Alzheimer: Negarse a enfrentar la vida. Desesperanza. Cólera.
Diabetes: Nostalgia de lo que pudo haber sido. Necesidad de controlar. Tristeza.
Asma: Llanto reprimido. Amor sofocado.

espinoedgar@gmail.com

martes, 5 de junio de 2012

SUEÑOS Y ESPIRITUALIDAD

Edgar R. Espinoza S.

El sueño se refiere propiamente al acto de dormir como al deseo de hacerlo. Es la disposición físico-química del organismo para el descanso y la recuperación de la energía. Pero, para el acto de soñar la palabra que lo determina es el ensueño.
Utilizamos el soñar como una expresión genérica al acto de nuestra mente en colocar imágenes vívidas de eventos conocidos o desconocidos, entregándonos vivencias. También para experimentar fantasías en estado de vigilia o a cualquier anhelo, deseo o ilusión que ponga en nosotros la fortaleza de movimiento para conseguirlos. Entonces si el dormir es para regenerar el cuerpo, el soñar es para reorganizar el alma y agudizar nuestra conciencia.
Más allá del aspecto orgánico del soñar, se encuentra otro más amplio, profundo y de alcances inimaginables para el ser humano. Es donde verdaderamente Dios guardó el tesoro para nuestro desarrollo con el inexorable crecimiento espiritual.
 Desde la antigüedad se establece que el supremo creador se comunica con nosotros a través de la intuición y los sueños entre otras. Las escrituras bíblicas son testigos de estos hechos, que sugieren inclusive que antes de la creación, “Dios tuvo un sueño”.
El centrarse en estudiar o analizar nuestros sueños, nos conducirá a conocer a través de su simbología, sus significados en particular, proporcionándonos las claves para descifrarlos y de cómo utilizarlos para nuestro propio beneficio.
Fases del sueño:
Sueño profundo: Es cuando estamos completamente dormidos y nuestra mente nos sumerge a los niveles más recónditos del subconsciente. Aquí soñamos y es donde sucede toda la fenomenología onírica. Recordaremos aquello para lo que estemos preparados a hacerlo y lo que no, irá aflorando poco a poco en nuestro día a día influyendo en nuestras decisiones.
Somnolencia: Esta fase es la que funciona como una especie de puente que trae la información desde nuestro subconsciente a nuestra conciencia. Es donde muchas veces sin darnos cuenta utilizamos la auto hipnosis y la programación neurolingüística para motivarnos o solucionar conflictos. Este es el nivel de la creatividad pura, pues en esta etapa no estamos completamente dormidos ni despiertos. Por lo general sucede cuando nos despertamos en la cama pero aún sentimos que nuestra mente consciente no está del todo activada.
Vigilia: Este es el estado donde nuestra mente consciente opera activamente. Sin saberlo, se conecta constantemente con nuestros niveles más profundos que es donde se archiva nuestra memoria, permitiéndonos actuar y tomar decisiones.
Tipos de sueño:
Premonitorios: Son aquellos sueños que recordamos vívidamente y que nos advierten de un peligro o situación que luego se manifiestan en nuestras vidas algunas veces ceñidas exactamente igual a lo soñado, y otras parecido en algunos contextos, pero dejándonos en claro que lo percibimos con anterioridad.
De Sanación: Estos sueños son de una transcendental importancia, porque influyen en nuestras energías para producir el equilibrio necesario para corregir a niveles sutiles cualquier situación que nos pueda producir o nos esté produciendo una enfermedad.
De Asistencia o Servicio: Aquí es donde a nivel onírico podemos ayudar a través de nuestros sueños a la sanación de otras personas por las cuales sentimos afecto. También a través de los famosos viajes astrales podemos prestar ayuda en hospitales, accidentes o cualquier otro tipo de evento. No es casual que en el planeta, mientras unos duermen “porque es de noche”, otros están activos “porque es de día”.
Resolución Kármica: Este tipo de sueños es el que nos ayuda a resolver cualquier conflicto con otras personas a las cuales por circunstancias ajenas a nuestra voluntad estén lejos de nosotros o hayan fallecido.
De Aprendizaje: Son los que nos permiten avanzar en nuestros conocimientos, estudios e inclusive cuando se nos presenta algo que no pudimos resolver en vigilia, este sueño es el que nos sugiere donde está el problema y como resolverlo.
De Comunicación: Sueño muy vivencial donde nos comunicamos con lo divino, seres de luz o espíritus de familiares y amigos en el más allá, quienes nos transmiten su amor, afecto, estado de conciencia, invadiéndonos de paz y regocijo. Desde aquí también se nos puede transmitir mensajes importantes para nuestro aprendizaje y desarrollo.
De Vidas Pasadas: En esta clase de sueños es donde se ven mayormente los que muchos denominan repetitivos, donde muchas veces nos encontramos en lugares desconocidos por nosotros, pero que si por algún motivo llegamos a ir a ese lugar, nos parecerá que ya hemos estado allí antes, inclusive conocer sus calles y veredas. La función de este tipo de sueños es hacernos conocer poco a poco de donde venimos, quienes hemos sido y que hemos hecho durante toda nuestra evolución espiritual.
Consejos para activar y mejorar nuestros sueños:
-         Si eres de las personas que poco recuerdan sus sueños, es recomendable al ir a dormir colocar una libreta y lápiz para cuando despiertes anotar que soñaste, a que hora te despertaste y la sensación sentida asociada al evento.
-         El dormir es de gran importancia, por lo tanto hay que darle su justo valor. Siempre es bueno hacerlo en una cama limpia y haber tomado una ducha tibia antes de hacerlo.
-        Ten confianza en que vas a soñar. Esto activará tu fe en los sueños y verás como cada día se te agudizarán más y más todos tus sentidos.
-         Llevar registro de todos tus sueños. Esto te permitirá establecer con facilidad las claves de lo que sueñas como también precisar el tipo de sueño.
-         No cuentes todos tus sueños. Esto disipa su energía en el campo sutil afectando su posible materialización.
-        Utiliza el soñar para solucionar conflictos. Cuando ya te acuestes a dormir pon en tu mente el problema que no has podido resolver, en la mañana al despertar está alerta con la primera imagen o palabra que venga a tu mente. Por lo general, esta es la solución.
Simbolismos:
El sueño, utiliza un lenguaje gráfico y se sirve de símbolos ya que esta es la forma de expresión de la mente intuitiva o pre-lógica. El símbolo incrementa notablemente la fuerza y expresividad del mensaje contenido en las imágenes.
Así para poner un ejemplo, el pan siempre ha sido el alimento fundamental. Pues bien, visto simbólicamente, un pedazo de pan es mucho más que eso, simboliza el ALIMENTO, y no solo hay que referirlo como al alimento material, sino al alimento espiritual.
El más ligero análisis de los sueños nos hace ver que los símbolos que lo integran pueden clasificarse de muy diversas maneras. Es por ello que esta clasificación atenderá a su grado de universalidad y la dividiremos en: universales, regionales y personales.
Entendemos por símbolos universales los que son comunes a toda la humanidad, tanto a través del tiempo como en los distintos continentes y civilizaciones: es decir, aquellos que podemos considerar como pertenecientes a lo más profundo y ancestral del inconsciente colectivo, por ser los primeros que existieron y se sedimentaron en él. Así, son universales el simbolismo del agua, el fuego, de la cruz y tantos otros.
Consideraremos regionales aquellos otros que, a pesar de ser generales, lo son dentro de una cultura o de una época. Así por ejemplo, será regional el simbolismo del teléfono, del metro o del avión, que pertenecen a nuestra época. O el del perro o el gato, que poseen simbolismos muy distintos según el tiempo o el lugar. El gato por ejemplo, en el antiguo Egipto simbolizaba la fuerza y la agilidad al servicio del hombre, por ello se consideraba de buen augurio. En cambio en Sumatra se lo consideraba el guardián de los muertos por lo que soñar con él era un presagio fatal.
Por otra parte, cuando se produce un acontecimiento que ocasiona un trauma en nuestra alma, cualquier objeto, persona o detalle que consciente o inconscientemente atraiga nuestra atención, quedará ligado permanentemente a dicho acontecimiento, convirtiéndose en un símbolo del mismo. Es de esta forma que en el transcurso de la vida, pero más especialmente en la infancia, vamos creando toda una serie de símbolos que son propios y distintos para cada uno de nosotros, y que constituyen a lo que se denomina símbolos personales por pertenecer al inconsciente personal y no al colectivo de la persona.
En conclusión estableceremos que no se pueden analizar o interpretar los sueños en base a libros o diccionarios preestablecidos que lo que traen es más confusiones a las personas y no se ajustan a la realidad, pues lo principal del abanico onírico lo establecerá cada ser humano de acuerdo a sus experiencias de vida, apreciaciones y nivel de conciencia.
El comenzar a indagar sobre nuestros sueños nos llevará a un hermoso viaje interior cuya primera estación será el encontrarse a si mismo, traspasando las barreras de lo humano, convirtiéndonos a través del entendimiento mayor en seres iluminados.

espinoedgar@gmail.com